Recuerdo tararear una que otra canción.
De esas depresivas que suelo escuchar.
Recuerdo mis manos teñidas de rojo
Recogiendo los pedazos que quedaron de mi.
Ocultar mis remiendos ante alguien nuevo
y no mencionar mi pasado.
Justificar cada cicatriz y cada remiendo.
Diciendo solo que mi vida es así.
Algo abstracta, un tanto surrealista.
Sonreír, posar con mi mejor perfil.
Y tratar de de evitar el pánico de
desmoronarme en cualquier momento.
Perdón. No encuentro mi sensibilidad.
El gusto está tan roto, que tendré que comprar
uno de segunda.
Quizá en alguna rebaja, porque no encuentro mi valor.
JC 11-11